Hace un siglo no era posible modificar la apariencia corporal de la persona que no se sentía identificada con su identidad sexual. Sin embargo, hoy en día, gracias a los avances médicos, esto es una realidad. Cada vez son más aquellos pacientes que se deciden a reafirmar su género mediante determinadas cirugías y tratamiento hormonal. Pero ¿en qué consiste la cirugía de reasignación de género? Te explicamos todo lo que necesitas saber.

¿En qué consiste la cirugía de reasignación genital?

La cirugía de reasignación genital, más que un procedimiento, es realmente un conjunto de técnicas quirúrgicas destinadas a ayudar a aquellas personas que sienten una incongruencia entre su sexo asignado al nacer y su identidad de género, y que puede provocar malestar o angustia. Esta circunstancia se denomina disforia de género. Mediante este tipo de procedimientos es posible reasignar el sexo de un paciente por el que corresponde a su identidad de género.

Las cirugías aplicadas para una reafirmación de género dependerá de si nos encontramos ante una persona con transexualidad masculina o femenina. Estas cirugías no sólo buscan un resultado estético, sino que deben ser igualmente funcionales.

Tipos de cirugías para la reasignación de género

Cómo hemos explicado, existen distintas cirugías según si la reafirmación de género es de mujer a hombre, o de hombre a mujer. Comenzaremos con la reasignación de género femenina.

Reafirmación de género de hombre a mujer

Los tratamientos quirúrgicos a los que puede someterse la mujer transgénero para cambiar su apariencia genital incluyen:

Vaginoplastia

Es el procedimiento más conocido, también denominado genitoplastia feminizante. Consiste en la reconstrucción de una vagina funcional, con una estética adecuada, y que implica, además, extirpación del falo y los testículos.

Existen varias técnicas quirúrgicas desarrolladas que se diferencian en la forma de crear la cavidad vaginal propiamente dicha, y cuya indicación depende de dos características que el equipo quirúrgico debe valorar:

  1. La profundidad vaginal deseada para crear un túnel vaginal amplio que posibilita mantener relaciones sexuales de forma satisfactoria.
  2. La disponibilidad de tejidos en la zona.

De ello derivan las técnicas conocidas como: vaginoplastia por inversión peneana, colovaginoplastia, vaginoplastia con peritoneo y vaginoplastia con injertos.

    • La vaginoplastia por inversión peneana es aquella cirugía en la que el canal vaginal se forma con inversión de la propia piel del falo, sin otros tejidos. Por lo tanto, para su indicación debe existir una cantidad suficiente y una buena calidad de la piel del pene.

En los supuestos en los que la piel del pene es insuficiente tendríamos el resto de técnicas:

    • La vaginoplastia con injertos añade porciones de injertos de piel de la paciente para ganar profundidad y dimensión de la cavidad vaginal.
    • La colovaginoplastia es, en cambio, la técnica más utilizada en casos de piel insuficiente, como puede ocurrir tras la circuncisión. Además, esta técnica ha ganado protagonismo en los últimos años debido a las terapias hormonales precoces, que inhiben el desarrollo genital puberal, no existiendo piel para practicar una inversión. Permite un recubrimiento total del canal vaginal con un segmento de colon obtenido a través de un abordaje abdominal.
    • La vaginoplastia con peritoneo es otra de las técnicas que utiliza un tejido abdominal para formar el canal vaginal, sin ser este una porción de colon. Esta técnica requiere también contar con cantidad de piel adecuada del propio falo, quedando por tanto como una técnica híbrida entre la inversión peneana y la colovaginoplastia.

Vulvoplastia

La vulvoplastia también se conoce como vaginoplastia sin profundidad. Pues es una alternativa mediante la cual se consigue la misma estética y sensibilidad que en una vaginoplastia, pero que no cuenta con la creación del túnel vaginal. Esta cirugía de reasignación genital consiste en la construcción de los labios menores, los labios mayores, el clítoris y el introito vaginal. Externamente tiene el mismo aspecto que una vagina, la única diferencia es que la penetración no es posible.

Aumento de mamas

Este es uno de los tratamientos más demandados por la mujer transgénero para la feminización torácica. El tratamiento hormonal difícilmente logra un volumen mamario suficiente y forma estética del pecho en la mayoría de los casos. La mamoplastia de aumento permite conseguir mayor volumen, más proyección y estética bonita.

Esta operación se realiza bajo anestesia general y tiene una duración de entre 1 y 2 horas. Existen 3 técnicas principales para llevar a cabo un aumento de pecho con implantes y que dependen de la vía de abordaje:

    • Vía axilar: La prótesis se inserta mediante la realización de una incisión en la axila, de forma que la cicatriz queda estratégicamente escondida.
    • Vía areolar: En este caso los implantes se introducen a través de una incisión hecha en el límite entre la parte inferior de la areola y la piel. En esta zona de cambio de pigmentación entre una parte y la otra queda disimulada la cicatriz.
    • Vía submamaria: Se realiza el abordaje en el surco de debajo del pecho, de forma que la cicatriz quede escondida en el pliegue entre la mamá y el tórax.

La recuperación tras esta intervención requiere un reposo relativo, no siendo un postoperatorio complejo. Habitualmente se combina con la cirugía genital y es factible practicar ambas técnicas en la misma intervención.

Cirugía corporal: Lipoescultura, aumento de glúteos, estrechamiento de cintura con remodelado costal

La cirugía corporal es un conjunto de técnicas que buscan un remodelado de las formas del cuerpo acentuando las siluetas más representativas de la anatomía femenina.

Mediante liposucción es posible reducir el perímetro de la cintura, así como del tórax. Si bien, el resultado más armónico se consigue con la lipotransferencia glútea. Esta operación es ideal para conseguir unas curvas más definidas, ya que logra aumentar los glúteos aportando un aspecto más redondeado. El aumento puede realizarse empleando grasa o prótesis, o bien la técnica mixta. Esta última es la combinación de implantes con grasa autóloga – extraída del propio cuerpo de la paciente mediante liposucción de aquellas zonas donde hay más grasa, generalmente abdomen o cintura.

En cuanto a la definición de la cintura, existe un límite anatómico para la reducción del perímetro, siendo la estructura de las costillas una pared sólida no susceptible a modificaciones mediante liposucción. En estos casos existe la posibilidad de realizar una cirugía de remodelado de las costillas para lograr un mayor estrechamiento de la cintura. El cambio se logra con el tratamiento de los dos últimos pares de costillas (once y doce) y en algunos casos la décima.

Reasignación de sexo de mujer a hombre

Faloplastia

Este proceso de reconstrucción permite la recreación de un neofalo funcional y sensible, con testículos, y se realiza en varias intervenciones quirúrgicas. El primer paso es la cirugía de creación del falo. Se trata de una técnica microquirúrgica que se realiza bajo anestesia general. Se emplea un colgajo denominado radial, de origen en antebrazo, con conexión vascular y nerviosa para aporte sensitivo. Esta reconstrucción genital puede durar entre 8 y 10 horas y precisa de un ingreso de 1 semana para vigilancia estrecha de la evolución. El resto de las intervenciones se relacionan con el implante de las prótesis de testículo y reconstrucción de la uretra, tienen un grado de complejidad inferior y precisan habitualmente una noche de ingreso con recuperación más rápida.

Metaidoioplastia

La metaidoioplastia es una alternativa a la faloplastia, siendo una operación algo más sencilla desde el punto de vista técnico ya que no implica técnicas de microcirugía. Suele durar entre 2 y 6 horas, según la complejidad.

En esta intervención, el clítoris es utilizado para crear un micropene con sensibilidad erógena, pero que no permite la penetración. Sobre la cara anterior del clítoris, se crea una prolongación de la uretra. En definitiva, gracias a este micropene es posible la micción de pie.

Mastectomía trans

La mastectomía trans suele ser una decisión clave en el proceso de reafirmación de género, y de hecho suele ser el primer paso como intervención de reasignación de sexo de mujer a hombre. Consiste en la eliminación de la mayor parte del tejido mamario, remodelando por tanto la definición de las mamas en la silueta del tórax para conseguir un aspecto masculino. Se realiza bajo anestesia general y puede durar entre 2 y 3 horas.

Otros tratamientos de masculinización y feminización

La reafirmación de género también puede verse apoyada con los diferentes tratamientos que buscan mejorar la estética de las facciones, para asemejarse más a los cánones del género con el que el paciente se siente identificado.

A día de hoy, hay muchos tratamientos tanto quirúrgicos como de medicina estética que permiten conseguir la feminización en la mujer trans, o la masculinización en el hombre trans.

Feminización facial

La feminización facial tiene múltiples opciones en función de cada paciente. Las cirugías de feminización facial son muy útiles aportando armonía facial estética, a la vez que femenina. Anatómicamente se puede dividir la cara en tres tercios que presentan varias características modificables.

    • Tercio superior (frente): Puede ser de utilidad el avance de la línea del pelo, rebajado de la proyección de los arcos ciliares, así como del volumen frontal, todo ello para lograr formas más redondeadas de esta zona, así como una elevación de la cola de las cejas.
    • Tercio medio (nariz y pómulos): El objetivo de la rinoplastia feminizante suele ser la disminución de su tamaño de forma general, así como las correcciones oportunas en dorso y punta para hacerla más estilizada. En cuanto a los pómulos, existe la posibilidad de utilizar rellenos con hialurónico y derivados o bien de recurrir a cirugía con implantes.
    • Tercio inferior (mandíbula y mentón): Desde el punto de vista quirúrgico es posible perfilar el borde mandibular y del mentón sin efectos sobre el cierre bucal, así como el avance de la proyección del mentón en caso necesario, bien con prótesis o con avance óseo. Además, se puede lograr un remodelado de los labios mediante rellenos o quirúrgicamente con elevación del labio superior y definición del arco de cupido si precisa.

Desde el punto de vista de la recuperación las cirugías faciales tienen el inconveniente de que la inflamación se produce en la cara, por lo que puede existir algo de incomodidad tras la misma. Sin embargo, no son cirugías de recuperación dolorosa y pueden combinarse en un mismo procedimiento con una cirugía genital o de mamas.

Masculinización facial

La masculinización facial suele centrarse en remarcar el contorno de la mandíbula formando un ángulo de 90 grados o conseguir un mentón más marcado. Puede ser de utilidad a nivel quirúrgico un aumento de la proyección del mentón mediante uso de implante o remodelado óseo.

Riesgos de la cirugía de reasignación de género

La cirugía de reasignación de género conlleva ciertos riesgos como todas las cirugías. Siempre que una persona decide entrar en un quirófano debe de conocer estos previamente antes de tomar la decisión. Así como también sopesar las ventajas y desventajas de cada tratamiento.

Como en cualquier procedimiento médico, un punto importante es informar debidamente al cirujano y equipo médico de las condiciones y circunstancias que presentamos. Todas ellas pueden ser de utilidad para un correcto tratamiento y seguimiento en prevención de las complicaciones.

Algunos de los efectos secundarios tras una cirugía de reasignación de género son:

    • Riesgo de sangrado.
    • Infecciones.
    • Fiebre.
    • Aparición de hematomas.
    • Una mala cicatrización.
    • Formación de coágulos.
    • Problemas urinarios como incontinencia.
    • Aparición de fístulas.

No obstante, en IM Gender nos aseguramos de que todo el proceso sea seguro para prevenir posibles complicaciones, llevando a cabo un control exhaustivo por parte de todo el equipo médico, durante la etapa preoperatoria y postoperatoria. Además, es recomendable seguir las indicaciones del cirujano en todo momento para una recuperación más rápida y exitosa.

Postoperatorio de reasignación de sexo

La duración del postoperatorio de reasignación genital puede variar según el tratamiento al que se haya sometido el paciente y su estado de salud. En los casos como la vaginoplastia o la faloplastia el ingreso hospitalario suele durar unos 7 días. Durante este periodo, el equipo médico seguirá un protocolo de supervisión. En estas visitas médicas se controlan los signos vitales, se realiza un aumento progresivo de la dieta, se prescribe analgesico para el dolor de la cirugía y antibióticos por vía oral, entre otros cuidados necesarios.

El proceso de reasignación es un camino complejo y largo, durante el que es importante contar con el asesoramiento y la ayuda de profesionales de la salud como cirujanos, ginecólogos, urólogos, endocrinos y psicólogos.

Si te estás planteando dar el paso a un cambio de sexo, en IM Gender somos una clínica especialista en cirugía de reasignación de género y otros tratamientos complementarios de feminización y masculinización. Para más información, pide cita con nosotros. Nuestros cirujanos y equipo médico te asesorará personalmente, recomendándote lo mejor para tu caso y teniendo en cuenta todas tus expectativas.

¿Tienes dudas sobre alguna cirugía de la reasignación de género?
En IM GENDER trabajamos para ofrecer información clara, veraz y contrastada, acompañando a cada persona en su proceso con profesionalidad, sensibilidad y responsabilidad.