La intervención
La feminización de la mandíbula (ver aparatado C de la ilustración) se realiza quirúrgicamente con un abordaje intraoral. De esta manera no existen cicatrices externas y visibles. Solo en casos muy concretos y como consecuencia de una determinada anatomía de la paciente, será necesario realizar alguna pequeña incisión adicional externa con el objetivo de conseguir unos resultados óptimos.
Después se lleva a cabo la eliminación del ángulo mandibular, con aparatología ultrasónica, desde el interior de la boca. Esta tecnología permite hacer cortes de alta precisión sin afectar los tejidos adyacentes. En esta zona es donde se inserta el músculo mastero, que es el encargado de la masticación y, probablemente, el más potente del cuerpo humano. Por ello, se debe proceder con suma delicadeza para no afectar su función. De hecho, la técnica que se lleva a cabo para feminizar la mandíbula no afecta ni los dientes ni la oclusión de la mandíbula.
El rebajado de la mandíbula también se lleva a cabo con tecnología piezoeléctrica o ultrasónica que permite el corte del hueso sin lesionar los tejidos blandos ni los nervios ni los tejidos nobles.
Durante la cirugía, el equipo de IM GENDER también puede corregir el mentón.

La recuperación
Sigue siempre los consejos del equipo médico para que tu recuperación de la cirugía de remodelación facial sea más fácil y rápida.
Habitualmente se usa suturas reabsorbibles de manera que no es necesario retirarlas.
Durante los primeros días deberás seguir una dieta blanda y llevar una mentonera durante las primeras semanas. Duerme con la cabeza elevada.